Primera página

Algunos de los comienzos de libros que me obligaron a seguir leyendo.
                                                                                
Ilíada -Homero
"Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta
que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas
almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto
de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron
disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquileo."

Diccionario jázaro - Milorad Pavić
"El autor actual de este libro le asegura al lector que no tendrá que morir
si lo lee, tal y como fue el caso de sus antecesores, los usuarios de la
edición del Diccionario jázaro de 1691, cuando el autor original de este
libro vivía todavía."

100 años de soledad - G. G. Márquez
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo."

Génesis
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra."

Sin plumas - Woody Allen
"Los pasajes siguientes han sido tomados del hasta ahora secreto diario íntimo
de Woody Allen, que se publicará póstumamente o después de su muerte, lo que
suceda primero."

Sefer Yetsirah
"En treinta y dos senderos secretos de sabiduría, Yah, Señor de los Ejércitos,
Dios de la Vida y Rey del Universo, Dios Todopoderoso, Clemente y Misericordioso
Sublime y Elevado, Habitante Eterno del Arriba, Santificado sea su Nombre,
estableció y creó el Universo con tres Sefarim: Sefar, Sipur y Sefer.
Diez Sefirot Belimah y veintidós letras fundamento: tres madres, siete dobles
y doce simples.

La metamorfosis - F. Kafka
"Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose
en su cama convertido en un monstruoso insecto."

Gargantua - F. Rabelais
"¡Bebedores muy ilustres, y vosotros, taranntulados preciosísimos!, pues solamen
a vosotros y no a otros van dedicados mis escritos."

El aleph - J. L. Borges
"La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una
imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al
miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovad
no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el
incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primer
de una serie infinita."

El archivo de Egipto - L. Sciascia
"El benedictino pasó un manojillo de plumas multicolores sobre el canto superior
del libro; su carota redonda sopló, como la del dios de los vientos en las carta
marinas, para disipar el negro polvo."

Concierto barroco - A. Carpentier
"De plata los delgados cuchillos, los finos tenedores; de plata los platos donde
un árbol de plata labrada en la concavidad de sus platas recogía el jugo de los
asados; de plata los platos fruteros, de tres bandejas redondas, coronadas por
una granada de plata; de plata los jarros de vino amartillados por los trabajado
de la plata; de plata los platos pescaderos con su pargo de plata hinchado sobre
un entrelazamiento de algas; de plata los saleros, de plata los cascanueces, de
plata los cubiletes, de plata las cucharillas con adorno de iniciales..."

El Lobo Hombre - B. Vian
"En el Bois des Fausses-Reposes1, al pie de la costa de Picardía, vivía un muy
agraciado lobo adulto de negro pelaje y grandes ojos rojos. Se llamaba Denis,
y su distracción favorita consistía en contemplar cómo se ponían a todo gas los
coches procedentes de Ville-d'Avray, para acometer la lustrosa pendiente sobre
la que un aguacero extiende, de vez en cuando, el oliváceo reflejo de los árbole
majestuosos."

Axolotl (Final del juego) - J. Cortázar
"Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario
del Jardin des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad,
sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl."

Historia de la vida del Buscón - F. Quevedo
"Yo, señora, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo
pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero,
aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así,
diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy
buena cepa, y según él bebía es cosa para creer."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?

Marco Tulio Cicerón en las Catilinarias... yo te habría obligado a leerlo, jejeje.

Un placer.